lunes, 20 de abril de 2015

Cediendo el Trono


Otro ciclo que se cierra. En Enero del 2012, el Club de Scrabble de la Universidad Central de Venezuela me eligió para representarlos cómo su presidenta. Acepté con mucho gusto la labor aún cuando tenía poca experiencia en liderazgo. Siendo un club tan pequeño se podría pensar que es fácil lidiar con todo, pero no siempre es así. Un buen líder debe saber leer o escuchar a los otros, aceptar consejos, criticas constructivas, y muy importante: respetar diferentes puntos de vista aunque no esté de acuerdo. No todo es dar órdenes, se debe trabajar en equipo y dejar a un lado los egos. 

Mi gestión inició con la responsabilidad de realizar el primer torneo de la carrera 2012, ya estaba estipulado que la organización se compartiría con el Club Nacional de Scrabble. Antes de que yo llegara al movimiento, las cosas se habían desarrollado así. Me gusta asumir riesgos. La adrenalina de sentir que algo me pone a prueba hace que confié más en mí y en las cosas que puedo lograr. Luego de esa carrera compartida, discutí con los miembros de mi club la posibilidad de que el CSUCV hiciera el próximo torneo solo. Era una responsabilidad grande, ser jugador de Scrabble no es sólo ir a un torneo y sentarte a jugar, hay otras cosas, y la organización de una carrera es algo que implica mucho compromiso y responsabilidad. Trato en la medida de lo posible de ver que todo lo que logro en esta disciplina a futuro me va a servir en otros aspectos de mi vida. Y así ha sido.

 Bien, llegamos a un acuerdo y el primer torneo de la carrera 2013 fue sólo del CSUCV. Quizá no fue el mejor torneo de la temporada pero creo que se cumplieron las expectativas, por lo menos yo, al final del día me sentí agradecida y satisfecha. Contenta de recibir a jugadores de diversos estados del país para compartir otro día de letras y alegría. Hubo uno que otro inconveniente técnico pero hay cosas que simplemente no se pueden prever por mucho que trates de tener todo bajo control. Viendo que fuimos del tamaño del compromiso que se nos presentó, volvimos a asumir solos la primera carrera del año 2014. Querer es poder.

Fueron tres años de aprendizaje, entendimiento, una que otra discordancia y muchos acuerdos mutuos. El respeto se gana y creo que fuera y dentro de mi club me he ganado el respeto y el cariño de varios jugadores. No me considero una jugadora excepcional pero por suerte tengo una mentora que me ha enseñado a no desistir y me tiene mucha fe y paciencia. 

Éste año sometí a votación con mi club la decisión de realizar otro torneo, en parte porque yo quiero descansar a nivel de organización. Mi club votó a favor de realizar una carrera compartida, salvé mi voto y respeté la decisión de los miembros aunque no la respaldo. Reconozco y agradezco que hayan tenido la responsabilidad de asumir otro reto. Por mi parte, no estoy triste por haber renunciado el pasado viernes 17 de Abril a la presidencia. Considero que ya es hora de darle paso a otros para que sigan creciendo y se enfrenten a otra clase de compromisos. Me siento agradecida y tranquila con las cosas que pudimos lograr durante mi gestión, hacer un torneo solos era para mí de las más vitales porque quería demostrar que a pesar de ser cuatro o cinco personas íbamos a poder lograrlo y así fue. Porque éste club al igual que su casa puede vencer las sombras. 

El nuevo presidente o presidenta del CSUCV contará con mi apoyo y asesoría en lo que necesite. Es importante traer nuevos jugadores al movimiento Scrabble en Venezuela, pero es más importante incentivarlos para que por una o muchas razones se queden. 

Nuevamente gracias al Scrabble por todo lo que me ha dado y enseñado. 

viernes, 17 de abril de 2015

¿Quieres ser un buen fotógrafo?


Estos consejos podrían ayudarte:

-El apuro te aleja del éxito.
-Ten en cuenta que somos parte de un contexto y hay que evaluarlo.
-Todos tenemos una historia para contar, apóyate en la fotografía para plasmar dichas historias. 
-El éxito del mundo se basa en la comunicación efectiva.
-No tengas miedo en compartir lo que haces, cuando eres bueno en algo lo compartes. No hay que temerle a la competencia.
-Debes prepararte mucho para alcanzar todas las cosas que quieres lograr.
-Debemos tener coherencia al momento de comunicarnos para así adquirir sentido de pertenencia.
-Evita en lo posible sumergirte en una idiosincrasia individual porque eso hace que no nos sintamos parte de algo.
-Caraqueños, tengan en cuenta que Caracas es fotogénica. Si ustedes no salen a explorarla, le dan paso otras personas para que se adueñen de ella y de mala manera. Caracas es vértigo, roce, problemas, individualismo. Eso es la capital, captura eso a través de un lente y ve más allá. Aplica para cualquier ciudad.
-Hay que aprovechar las crisis para crecer.
-La fotografía nos ayuda a comprender que todo se genera en los detalles.
-Debes conocer y dominar tu elemento. No hay que quedarse sólo con el talento, eso no basta. 
-Sé desde tu esquina tu mejor versión.
-Busca un formato que te genere identidad.
-Deben ser arriesgados y en la medida de lo posible originales.
-Un fotógrafo Irlandés no es mejor que uno Venezolano o viceversa. El talento no tiene nacionalidad, no elige dónde nacer. Simplemente nace.
-Los procesos de formación son necesarios para alcanzar la excelencia.
-No elijas atajos fáciles.
-Ni el dinero ni el reconocimiento pueden ser los únicos objetivos de vida y menos los principales.
-Recuerda que todo es nuevo para nosotros, nada se va a repetir. Una fotografía nunca será igual a otra.
-La fotografía es un hecho de ojo y paciencia.
 -No subestimes nunca tu profesión ni pasión.
-Pregúntate: ¿qué es lo qué quieres mostrar? ¿cómo quieres mostrarlo? 
-El trabajo que hagan debe ser también para el beneficio de otros.
-Reconoce y fortalece tus herramientas.
-Sé un agente de cambio.
-Nunca pienses que lo que te pasa es para mal. Si una fotografía no queda como esperabas, no desistas. Vuelve a intentarlo. 
 Y por último y muy importante: dejar a un lado el ego. 

martes, 14 de abril de 2015

Rompiendo la regla


Hoy por primera vez desde que tengo uso de razón me comí una chuchería dentro del vagón del metro. Confieso que me sentí un poco culpable. Una de las normas es que no debe consumirse nada dentro del servicio público. Mis padres siempre me lo recordaban. 

Me entró un ataque de ansiedad, terrible, y dieciocho estaciones me separaban de casa. Bien, hubiese podido disfrutar mi antojo antes de entrar a la estación o llevármelo pero tenía mucha hambre. Me encontraba en Catia. Pero en estos tiempos por mucho que me conozca la zona ya no me siento segura en ningún lado, por eso la idea de quedarme afuera comiendo no me animaba. 

Entré al vagón, me senté y abrí mi bolsita de Maní mix. Al cabo de cinco minutos, la chica que está sentada a mi lado comienza a observarme...termino de comer, enrollo bien el envoltorio y lo guardo en mi bolso.

-¿No vas a botarlo en el suelo?- me pregunta, ella.
-No. ¿Por qué habría de hacer eso?
-Bueno, todo el mundo lo hace.
-Pues, fuera del "todo el mundo lo hace", supongo que existe por lo mínimo un 5% de la población que no hace eso. Yo entro en ese pequeño porcentaje.  
-Sí, pero igual estás rompiendo la regla. Se supone que no deberíamos ingerir alimentos dentro del metro.
-Cierto. Pero te estoy demostrando que sí podría ser posible convivir sin esa regla. Sería bueno que cada quien ingiera lo que quiera y luego boten los desechos donde corresponde, en la basura.
-Sí. Pero todos no somos iguales.
-Por supuesto que no. Pero esos pequeños detalles hacen la diferencia entre un país del primer mundo y otro del tercer...algo tan simple cómo cuidar los espacios que habitamos. Esas pequeñas cosas son parte importante de la evolución de un país. ¿No?

Llegué a mi lugar de destino. Me levanté y antes de salir del vagón, volteé, ella estaba allí sonriéndome. Era una sonrisa que me daba la razón y al mismo tiempo reflejaba esperanza. 


viernes, 10 de abril de 2015

¿Eterno guayabo?


No es sólo el tema de un recorte del cupo de dólares, es todo un país convulsionado, deteriorado, desangrado...es caminar entre ruinas con un horrible y agobiante deseo de querer creer que todo va a cambiar. Es querer aferrarse a algo que luche contra el miedo que te invade de pies a cabeza. 

Es llorar mientras redacto estas líneas, porque uno quiere mantenerse fuerte, mostrar valentía ante tanta adversidad. Hoy, recordé cómo hace dos años me quebré por completo cuando Capriles no logró hacerse con la presidencia de Venezuela, el difunto todavía estaba vivo. Entré en un estado de crisis cómo si se me hubiese muerto un ser querido, supongo que sí, y creo que es así cada día, desde ese día, se nos muere un pedacito de esta tierra. Recordé el abrazo de mi papá ante mi llanto mientras le preguntaba: ¿y ahora qué? 

No ha cambiado casi nada desde aquel entonces, a nivel país, los cambios han sido desfavorables. Hoy mi papá cumple otro mes de no estar físicamente y me pregunto: ¿a dónde vamos a parar? ¿esto tiene fin? Lloro igual cómo aquella noche, sólo que ya no tengo el abrazo de la pulga mayor, un abrazo que en su momento quiso hacerme entender que todo iba a mejorar. 

Me gusta ser venezolana, pero jamás pensé que sería tan difícil y agotador serlo. Repito lo que escribí en mi Facebook, me niego a aceptar la idea de que nos vamos a quedar encerrados en Venezuela, de que en algún momento no podremos salir o entrar. ¡Me niego! ¡No lo acepto! ¡No quiero! Aunque me invada el miedo y también la tristeza de sólo pensarlo. 

jueves, 9 de abril de 2015

Sin visita/Con visita

Lo certifico. Odio esos días, son los únicos días en los que no me gusta ser mujer. Ni yo me soporto. Fucking malestar menstrual.

miércoles, 8 de abril de 2015