lunes, 29 de junio de 2015

Quiero viajar


Ojalá no hubiese salido nunca de Venezuela, a veces se me cruza con frecuencia ese pensamiento. Haberme quedado ignorante, sí ignorante. Ignorar otras realidades, culturas, personas, y gastronomías. No saber nada, porque este encierro que vivo a diario en el país, sólo me oprime el corazón, me angustia y entristece. ¿Cuándo podré subir nuevamente a un avión? Sentir el cosquilleo que recorría mi cuerpo cuando iba bajando en un taxi al aeropuerto Internacional de Maiquetía. ¿Y si más nunca podrá ser? 

Un viaje enriquece tanto la vida y el entorno de una persona. Una calle, un carro, un restaurant, un postre, una canción, una fotografía. Tantas cosas de otros países que le aportan nuevos sentidos a lo que eres o sueñas ser. Y tuve que bajar la santamaría ante todo eso (por obligación). Renunciar, pues. 

Quiero muchas cosas...una casa, un carro, un perro, y al principio y final de cada día alguien a mi lado para compartir todo eso. Pero el día que parta de éste mundo por mucho amor y devoción que sienta ante lo ya mencionado, no podré llevarme eso a la tumba. Sólo podré llevarme el recuerdo de lo vivido, es lo único que nada ni nadie podrá quitarme. 

Y aunque no comparto la idea de tomarse una fotografía con el famoso rayado de Cruz-Diez, sí sueño con transitarlo muchas veces. Que ese ritmo cromático me haga sentir la emoción de salir y regresar nuevamente a casa. 

*La fotografía no es mía, la tomé de Google imágenes. 

1 comentario:

  1. No es para siempre Helen!! Por muy feo que se vea el panorama, te lo juro que no es para siempre! Ánimoque mientras se respira, siempre se puede hacer algo! Besos!

    ResponderEliminar